Un Oslo más verde: moda consciente y un sistema de transporte público totalmente eléctrico

Noruega, plagada de montañas, salpicada de cascadas y adornada con los maravillosos fiordos, encabeza las listas de los lugares más impresionantes para amantes de la naturaleza. El país también encabeza listas de sostenibilidad como la de Good County por su contribución global al planeta y al clima.

Oslo fjord from a distance.

La sostenibilidad es una parte muy importante de la cultura noruega. Todo rezuma ecologismo, desde la forma en la que preservan aquella naturaleza única en el mundo (y la aprovechan para proveer al país de energías limpias) hasta su forma de comprar o viajar.

El respeto noruego al medioambiente se manifiesta en una alta demanda de vehículos eléctricos. Actualmente, casi el 80 % de todos los coches nuevos vendidos en el país son eléctricos.

Pero no practican la movilidad eléctrica solo de puertas para adentro, sino que todo el sistema de transporte público de Oslo pronto será el primero del mundo totalmente eléctrico. Es aquí, en la capital de Noruega, donde nace parte del pensamiento ecológico mundial. Por eso quisimos conocer lo que nos tienen preparado en materia de sostenibilidad los oslenses.

Oslo's public library.
Oslo's harbour by ferry.
Reciclar, rediseñar y reutilizar con ILAG 

Gran parte de los problemas de la industria de la moda (y de sus críticas) se atribuyen al concepto de moda rápida. Hace unas décadas, la ropa se abarató, los ciclos de las tendencias se aceleraron y las compras se convirtieron en algo semanal. En la escala de prioridades de la gente, la calidad cedió su puesto a la cantidad. Nos metimos de cabeza en la era de la moda rápida.

Pero no siempre fue así. Antes de que la moda se volviera rápida, la compra de ropa era ocasional, estacional y selectiva. Lenta.

Hace unos años, Renate Nipe, entonces diseñadora de moda, entró en una tienda de una cadena de moda rápida. Como tantas otras veces, se encontró con un sinfín de prendas del mismo estilo. Pero esta vez, algo en su mente hizo clic. Hacía tiempo que quería crear algo único. Era su momento.

Así que, en 2019, Renate se propuso crear una alternativa a los estilos y tendencias que caracterizan a la moda rápida y que todavía se encuentran en la mayoría de las tiendas de ropa. La idea de Renate era nueva, diferente e innovadora, lo que llevó a la agencia estatal noruega Innovasjon Norge a concederle una subvención para poner en marcha su negocio sostenible. 

Renate Nipe photographed standing agains a white brick wall, with a quote next to the photo.

Quería crear diseños atemporales pero divertidos y coloridos que la gente quisiera mantener en sus armarios, pero que cuando se cansara de ellos, pudiera devolver para que las prendas fueran recicladas, rediseñadas y reutilizadas.

"Para mí, la sostenibilidad es lo más fundamental. Las prendas deben crearse de forma responsable y ética. No debería haber otra alternativa", afirma Renate Nipe, fundadora y directora creativa de ILAG.

Los diseños de ILAG ya están disponibles en más de 20 tiendas de toda Noruega, y el sistema de devoluciones, cuyo funcionamiento explican de forma sencilla en su sitio web, ya ha arrancado. Todas las prendas se fabrican con fibras naturales y materiales sobrantes o reciclados. Solo sacan dos colecciones al año, separadas entre sí, frente a las 4-6 habituales.

"Tenemos que ralentizar la moda. En ILAG, bajamos el ritmo al que salen las nuevas colecciones, cultivando lo que ya tenemos y convirtiéndolo en algo nuevo y mejor".

Para la colección primavera-verano del 2024, ILAG contará con una selección más reducida que en colecciones anteriores y se centrará principalmente en prendas exteriores y de punto. Además, incluirá piezas rediseñadas de colecciones anteriores.

Los diseños de ILAG también estarán disponibles en su nueva tienda efímera de Sandvika, en Noruega, a partir de noviembre de 2023.

Las fotos son de Borti, una pequeña boutique de diseño de Oslo gestionada por mujeres apasionadas de la calidad, como demuestra el cuidado interiorismo salpicado con ropa vintage.

Selection of ILAG's garments.
Oslo Runway recoge el guante

La moda es una de las industrias más contaminantes del mundo, junto con el sector del transporte. Pero, al igual que ocurre con la industria automovilística, hay marcas de moda que se salen de lo establecido y hacen un bien al medioambiente.

Solo hay que saber dónde buscar.

En Oslo Runway, la semana de la moda de Noruega, solo participan marcas concienciadas con el medioambiente. Desde 2023, todas las participantes deben cumplir los criterios de sostenibilidad desarrollados por su homóloga danesa, la Copenhagen Fashion Week (CPHFW).

La lista de requisitos de la CPHFW incluye 18 puntos que todas las marcas deben cumplir antes de participar en el evento. Además, estas deben responder a una serie de cuestiones sobre las medidas de sostenibilidad que hayan llevado a cabo.

Comparada con la CPHFW, la Oslo Runway es una incorporación muy reciente a las semanas internacionales de la moda, pero a nivel nacional, se considera el escaparate más impactante de la moda y el diseño.

Estamos ante otro caso de efecto dominó en las prácticas sostenibles. Oslo Runway recoge el guante con la esperanza de inspirar a otros a hacer lo mismo.

The city of Oslo in three pictures.
Estamos haciendo de Oslo una ciudad todavía más verde y limpia.
Kristin Fjeld, directora de Comunicaciones de Polestar en Noruega
Primer sistema de transporte público totalmente eléctrico del mundo

¿Qué tienen en común la moda lenta y los trenes rápidos? Que son ecológicos. Al menos, en Oslo.

A finales del 2023, el sistema de transporte público de Oslo no tendrá nada que envidiarle a la Oslo Runway en materia de sostenibilidad, ya que todos los tranvías, trenes, autobuses y ferris de la ciudad serán eléctricos.

La ciudad va camino de cumplir su objetivo. En octubre del 2022, el gobierno anunció una de las últimas medidas de cara a la transición: un acuerdo para sustituir los autobuses diésel que quedaban en circulación por eléctricos. Esta decisión no solo beneficia al medioambiente, sino que sale más económica.

"El mantenimiento es más barato, también para los operadores de los autobuses eléctricos. En definitiva, todos salimos ganando", declaró recientemente a la prensa Sirin Stav, tenienta de alcalde de Medioambiente y Transportes de Oslo.

Pero los planes climáticos de la ciudad no acaban aquí. Reducir las emisiones del sistema de transporte público forma parte de un ambicioso plan que convertiría a Oslo en la primera ciudad libre de emisiones del mundo para 2030. Más allá del transporte, la ciudad se centrará en mejorar las áreas peatonales y los carriles bici, ampliar los parques y zonas verdes, preservar los árboles e implantar tejados verdes en los techos de los edificios.

Kristin Fjeld, directora de Comunicaciones de Polestar en Noruega y residente en Oslo, está encantada con la trayectoria ecológica de su ciudad.

"En Oslo estamos muy orgullosos de nuestra reputación ecológica. Como trabajo en el sector del transporte, me hace especial ilusión que pronto nos convirtamos en la primera capital con un sistema de transporte público totalmente eléctrico. Estamos haciendo de Oslo una ciudad todavía más verde y limpia".

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