Transformación del SUV cupé

Al contemplar nuestro próximo coche, el Polestar 4, nos preguntamos: "¿En qué se diferenciará un Polestar SUV cupé del resto y cómo se deshará de los típicos inconvenientes de los SUV cupé?".

Nuestro segundo SUV responde a la creciente demanda, sobre todo en la última década, de vehículos SUV altos, imponentes y versátiles con la silueta deportiva y elegante de un cupé. Atrás quedaron los días en los que un cupé solo podía ser un deportivo de dos puertas. A menudo se cita la marca BMW como la pionera del estilo cupé moderno desde el lanzamiento de su prototipo original en 2006. El BMW X6 SUV cupé, primero de su clase e indiscutiblemente único, allanó el camino para la llegada de un crossover completamente nuevo. Nunca antes había existido un coche mitad todoterreno, mitad deportivo, aunque no era un estilo que augurara demasiado éxito en las décadas siguientes. De hecho, desde entonces, apenas se han producido avances en modelos de este tipo, posiblemente debido a los retos que presenta el espacio limitado para los pasajeros y la visibilidad trasera reducida.

 Era un diseño estancado y sabíamos que tendríamos que tomar decisiones drásticas si queríamos que nuestro SUV cupé estuviera a la altura. Al igual que hicimos con el Polestar 3, evaluamos el estilo tradicional de carrocería SUV cupé, identificamos los aspectos positivos y negativos, y trabajamos en un nuevo coche que cumpliera las expectativas de los consumidores, pero que también eliminara algunos inconvenientes propios de su naturaleza.

Normalmente, cuando se crea un SUV cupé, se parte de un SUV estándar. Para crear la silueta alargada, elegante y deportiva con la que identificamos un cupé, modificamos la posición de las partes delantera y trasera del techo para crear una nueva línea que se estrecha hacia atrás. La parte delantera gana un poco de altura, y la trasera, la pierde, pero con este cambio se reduce el espacio para la cabeza y empeora la visibilidad por el retrovisor. Y, por qué no decirlo, el resultado es más incómodo.

¿Cómo podríamos resolver este problema para mejorar la experiencia en los asientos traseros y crear una silueta más armoniosa? Nuestro prototipo Precept anticipó la solución en 2020, y en el Polestar 4 la pusimos en práctica por primera vez en un coche convencional: eliminamos la luna trasera.

Esta modificación podría ser el aspecto más llamativo del diseño de este coche, ya que nos ha permitido desplazar hacia atrás la parte trasera del techo y reducir todavía más su altura. El resultado es una línea muy estilizada, así como un techo de cristal largo y de una sola pieza. El cristal termina justo detrás de los reposacabezas traseros, lo que aporta amplitud y luminosidad al interior.

Al no haber luna, pudimos revestir los asientos traseros con una estructura similar a la de un capullo de seda, confiriendo al entorno un aire más sofisticado. Si añadimos la iluminación ambiental regulable inspirada en el sistema solar y una bonita "línea orbital" que rodea el habitáculo, obtenemos un lugar realmente único. En cuanto a la visibilidad trasera, una cámara gran angular de alta definición montada en el techo muestra una imagen en una pantalla HD que sustituye al espejo retrovisor interior tradicional. Las mamás y los papás podrán seguir utilizándolo como espejo para ver a los peques.

A pesar de sus ventajas para los ocupantes traseros, el Polestar 4 continúa siendo un vehículo eléctrico para el disfrute de quien lo conduce. Es nuestro coche de producción más rápido hasta la fecha, con hasta 400 kW (552 CV) y 686 Nm que le permiten pasar de 0 a 100 km/h en solo 3,8 segundos (según datos preliminares). Su diseño basado en el rendimiento y un chasis semiactivo lo mantienen en sintonía con el resto de coches Polestar: ser cómodos y manejables en el día a día, pero estar preparados para la acción.

Este año se podrá reservar en China, aunque el lanzamiento oficial y la comercialización en el resto de mercados tendrán lugar en 2024.

Relacionado

Carrera marcha atrás con un antiguo campeón de rallies en el Polestar 4

Dos pilotos. Una pista helada. Un Polestar 4. Y una carrera, pero al revés.